Por mi se va a la raza condenada. Antes de mi no hubo nada exepto lo inmortal y yo duro eternamente

Por mi se va a la raza condenada. Antes de mi no hubo nada exepto lo inmortal y yo duro eternamente
¡Oh, vosotros los que entrais, abandonad toda esperanza!

sábado, 11 de mayo de 2013

Perdido

Camine y camine... girando la cabeza en todas direcciones. Desesperaba, tome mi cabeza con las manos y grité, al tiempo que me dejaba caer de rodillas en el duro suelo. Mi respiración era entrecortada, sentía el frio aire en los pulmones como una ligera punzada en el pecho. Mi aliento formaba pequeñas nubes de vaho.

Tenía las manos cerradas en un puño que hacía que mis uñas se enterraran en la palma, miraba al suelo, sin esperanza ni expectativa. De manera casi reprochante, aparté la mirada y la dirigí al frente.






Todo era exactamente igual, no importaba a donde mirara. Adelante, atras, a la derecha o a la izquierda. ¡No importaba!  No tenía ni idea de dónde estaba. Estaba solo y perdido.

Perdido...

Si ya estaba perdido, entonces tampoco importaba hacía donde dirigía mis pasos. Todos estaban correctos y equivocados en la misma medida. Toda dirección era igualmente buena e igualmente mala. 

Cerre mis ojos, y simplemente camine... no sé a donde. Al final no importan los pasos, sino se les da un objetivo. ¿Cuál era el mio? Dejar de estar perdido, y eso es fácil. Solo tenía que caminar, sin importar la dirección, ya no estaria extraviado sino caminando y cualquiera que fuera el final de ese sendero, ya estaría yendo hacía él.

Mi objetivo era avanzar en la dirección que había tomado, fue difícil, arduo, trabajoso. Pero aprendí, y entonces el sendero fue más claro: Mi objetivo era conocerme.

















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