Por mi se va a la raza condenada. Antes de mi no hubo nada exepto lo inmortal y yo duro eternamente

Por mi se va a la raza condenada. Antes de mi no hubo nada exepto lo inmortal y yo duro eternamente
¡Oh, vosotros los que entrais, abandonad toda esperanza!

miércoles, 15 de mayo de 2013

Algo se agita en el horizonte

Desde hace mucho todo me habla de un cambio. Un cambio que hará temblar mis metafóricos cimientos, sino los cambia por completo.

Un giro de 180 grados, que me permitirá el triunfo. Es arduo, lo mas difícil que me he topado hasta ahora...

Y sin embargo no sé qué es. ¿Acaso el cambio ya ha iniciado? ¿Qué es lo que debo cambiar, por dónde empezar?

Soy feliz con quien...

¿Soy feliz? Ni idea, no importa. A lo que voy es que me gusta mucho quien soy, si he de decirlo, me siento bastante orgulloso de quien soy.

No soy un hijo de puta, pero tampoco un santo. Me gusta creer que mantengo un sano balance, soy inmensamente benévolo y terriblemente malvado. No hay preferencia para ningún lado, creo yo.

Soy un sujeto agradable, dejando de lado la modestia.

¿Qué puedo cambiar, mejorar?

Soy un perezoso crónico, y a veces no me doy tanta importancia a mi mismo... ¿Será eso? No lo veo como el cambio monumental que me han dicho.

Y aunque no me lo dijeran, de verdad siento que algo esta apunto de cambiar. Y, para bien o para mal, he de recorrer esa senda y quién sabe si seré el mismo al final.

Antes sentía emoción, como la primera vez que te subes a una atracción en algún parque temático.

Ahora...

Tengo miedo...

Como cuando esperas malas noticias, terribles noticias... Me siento impotente, no puedo hacer nada contra algo que me es desconocido. Este miedo no tiene rostro, ni figura, ni nombre. Eso lo hace aún mas terrible.

No tengo a nadie para contar tales cosas, y quizá no deseo tener a nadie. Lo que sea que se aproxime, debo luchar solo contra él.

Dicen por ahí que saldré victorioso, y mas grande y triunfal que nunca. 

Quiero creerlo, solo díganme el nombre... la fecha de cuándo pasará, entonces estaré listo.

Lo único claro hasta el hartazgo es: Las cosas no volverán a ser las mismas.

Charles, prepárate.

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