Por mi se va a la raza condenada. Antes de mi no hubo nada exepto lo inmortal y yo duro eternamente

Por mi se va a la raza condenada. Antes de mi no hubo nada exepto lo inmortal y yo duro eternamente
¡Oh, vosotros los que entrais, abandonad toda esperanza!

martes, 27 de agosto de 2013

Y si...

No, sorprendeos. Esta vez no estoy a punto de explotar. Tampoco estoy al borde de un brote psicótico, por eso mismo la entrada.

¿Y si les cuento cómo va todo, ahora que no estoy deprimido?

Pensativo sí.

Tuve un grandioso día con ella, veo cuantos recuerdos me estoy formando... son sumamente placenteros.

Me alarmé en la mañana, uno de mis clásicos ataques de nerviosismo y miedo por el futuro. Pero me calmó. Y, a lo largo del día, me di cuenta de que aunque sea bueno lo que pienso a futuro, me distrae de lo que vivo ahora... me lo puedo estar perdiendo. No quiero permitir eso.

Sé que este estado de calma puede acabar (más conociéndome) pero por ahora disfrutare de la paz. En algún punto puede que vuelva a sentirme nervioso, que tema perderla o lo que siento. O peor, que me pierda a mí mismo.

Esta la posibilidad de que una vez más, mis miedos me sobrepasen, que me sienta un fracasado y bueno para nada, un inexperto o un tonto.

Pero eso es tirarle mucho al futuro, ahora estoy bien y eso me encanta.

Mis miedos se alzan como titanes oscuros y amenazantes, me dedican miradas de odio y soberbia... tan seguros están de su victoria.

Y luego estoy yo, armado humildemente tan solo con mis sueños y toda la voluntad que pueda reunir. Me creí solo... pero una mano se apoya en mi hombro. No luchara por mi ni mucho menos, pero está ahí... transmitiéndome fuerza y consejo. También está conmigo, tímido y etéreo, un recuerdo que llevo en el brazo...

Algunos rostros están detrás mío, sonrientes...

Más allá veo a otra combatiente, pelando su propia lucha. Entonces recuerdo que siempre me ha apoyado desde mi nacimiento.

Quizá...
Y si...

¿Y si me atrevo a pensar que por dura que sea la pelea, puedo con ella?
¿Y si me fijo más en mis logros y virtudes, en lugar de mis derrotas y defectos?
¿Qué tal si, en lugar de ver cuánto falta, veo lo que ya hice y le doy valor?
¿Qué pasaría si no solo pensara, sino que también hiciera?

Creo que dejaré de hacerle caso a esa parte mía que quiere ver mi propia destrucción e infelicidad. Me centrare en los cómo, más que en los por qué.

Dicen que voy bien, a pesar de mis caídas. Creo que les daré crédito... y me lo daré a mí.

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