Era pequeño, diminuto... tan vulnerable. Su
tez era morena con un ligero toque rosado, sus cabellos despeinados adornaban
la punta de su cabeza.
Tenía los ojos cerrados y se encontraba tan
solo cubierto por un modesto pañal de hospital de segunda mano.
Un bebé, la viva imagen de la inocencia... su expresión
mostraba una tranquilidad libre de toda culpa.
Las cuidadosas y cariñosas manos de su padre empezaron a vestirlo con un pijama amarillo. Primero los pies, después los brazos pasaron sin resistencia alguna y finalmente cerró el pijama por la abertura del pecho.
Las cuidadosas y cariñosas manos de su padre empezaron a vestirlo con un pijama amarillo. Primero los pies, después los brazos pasaron sin resistencia alguna y finalmente cerró el pijama por la abertura del pecho.
El padre tomó al bebé en sus brazos, pareciera
que fuera a arrullarlo para hacer de su sueño aún más ameno y tranquilo. Pero
solo lo alzó el tiempo suficiente para colocarlo en una superficie acolchada y
colocar la cabeza del niño en una pequeña almohada.
Con una última mirada, en la que se entreveían
miles de pensamientos, el padre se despidió de su hijo y, acto seguido, cerró
la caja en la cual lo había postrado: Un pequeño ataúd blanco.
No es ficción... me quedo corto, cortísimo. La
realidad fue más cruda. Y creo que el infante merece más...
Mi sobrino...
No quiero profundizar en cómo llegue a presenciar
esa escena. Solo puedo decir cómo me impacto... ¡Carajo era solo un bebé! Parecía
que dormía, como cualquier otro pequeño de esa edad... ¡De esas semanas!
Es de lejos la cosa más horrible que he visto.
Después de aquel episodio noté como mis ojos se humedecían, como la voluntad,
la fuerza flaqueaban... No había palabras, solo esa sensación: ¡ESTO ESTÁ
JODIDAMENTE MAL, ESTO NO TENDRÍA QUE ESTAR PASANDO, EL POBRE NO TUVO
OPORTUNIDAD DE VIVIR... ES UN BEBÉ, MIERDA, ES SOLO UN BEBÉ!
¿Qué puedo decir? Creí que tendría más cosas que
expresar, pero no.
Me jacto y pavoneo de haber visto muchas cosas
sin sentir asco, miedo, repulsión en general... pero eso fue demasiado.
Cómicamente, me quede en el vaivén de una mecedora,
mirando a la nada. Me perdía en pensamientos inconexos y me llegó una frase:
"Hasta sufrir parece un privilegio".
Privilegio que él no tuvo.
Ya no sé... solo
Descansa en Paz, pequeño. Te queremos mucho.
Muy bueno
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