Por mi se va a la raza condenada. Antes de mi no hubo nada exepto lo inmortal y yo duro eternamente

Por mi se va a la raza condenada. Antes de mi no hubo nada exepto lo inmortal y yo duro eternamente
¡Oh, vosotros los que entrais, abandonad toda esperanza!

domingo, 24 de marzo de 2013

Hoy vi lo más horrible del mundo. (Lo siento, no es humor)

Era pequeño, diminuto... tan vulnerable. Su tez era morena con un ligero toque rosado, sus cabellos despeinados adornaban la punta de su cabeza.

Tenía los ojos cerrados y se encontraba tan solo cubierto por un modesto pañal de hospital de segunda mano. 

Un bebé, la viva imagen de la inocencia... su expresión mostraba una tranquilidad libre de toda culpa.

Las cuidadosas y cariñosas manos de su padre empezaron a vestirlo con un pijama amarillo. Primero los pies, después los brazos pasaron sin resistencia alguna y finalmente cerró el pijama por la abertura del pecho.

El padre tomó al bebé en sus brazos, pareciera que fuera a arrullarlo para hacer de su sueño aún más ameno y tranquilo. Pero solo lo alzó el tiempo suficiente para colocarlo en una superficie acolchada y colocar la cabeza del niño en una pequeña almohada.

Con una última mirada, en la que se entreveían miles de pensamientos, el padre se despidió de su hijo y, acto seguido, cerró la caja en la cual lo había postrado: Un pequeño ataúd blanco.


No es ficción... me quedo corto, cortísimo. La realidad fue más cruda. Y creo que el infante merece más...

Mi sobrino...

No quiero profundizar en cómo llegue a presenciar esa escena. Solo puedo decir cómo me impacto... ¡Carajo era solo un bebé! Parecía que dormía, como cualquier otro pequeño de esa edad... ¡De esas semanas!

Es de lejos la cosa más horrible que he visto. Después de aquel episodio noté como mis ojos se humedecían, como la voluntad, la fuerza flaqueaban... No había palabras, solo esa sensación: ¡ESTO ESTÁ JODIDAMENTE MAL, ESTO NO TENDRÍA QUE ESTAR PASANDO, EL POBRE NO TUVO OPORTUNIDAD DE VIVIR... ES UN BEBÉ, MIERDA, ES SOLO UN BEBÉ!

¿Qué puedo decir? Creí que tendría más cosas que expresar, pero no. 

Me jacto y pavoneo de haber visto muchas cosas sin sentir asco, miedo, repulsión en general... pero eso fue demasiado.

Cómicamente, me quede en el vaivén de una mecedora, mirando a la nada. Me perdía en pensamientos inconexos y me llegó una frase:

"Hasta sufrir parece un privilegio".

Privilegio que él no tuvo.

Ya no sé... solo

Descansa en Paz, pequeño. Te queremos mucho.







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