Por mi se va a la raza condenada. Antes de mi no hubo nada exepto lo inmortal y yo duro eternamente

Por mi se va a la raza condenada. Antes de mi no hubo nada exepto lo inmortal y yo duro eternamente
¡Oh, vosotros los que entrais, abandonad toda esperanza!

domingo, 13 de junio de 2010

"Al alcanze de la mano"

El enemigo se repliega, su numero va disminuyendo notablemente.

Mi ejercito esta recuperandose despues de 2 años de torturas, ya no hay mascaras que les impedian ver, no hay estorbos que les impedian moverse, no hay vestiduras indignas de ellos. Al fin van mostrando su verdadero esplendor.

Todos hemos sufrido heridas, ya sea superficiales o graves, hemos dudado e iclusive abdicado en ocasiones. Pero al fin podemos ver donde pisamos, a donde vamos; podemos ver un cielo estrellado sobre nuestras cabezas. El objetivo esta ahora a la vista, no detras de bestias amenazadoras que nos cierran el paso.

Gracias al cielo, no combatimos solos. En ocasiones encontramos aliados que nos dieron la mano cuando la necesitabamos. Algunos de ellos eran con los que siempre contabamos, otros eran por completo inesperados, pero bienvenidos.

Aquellas bestias ya no lucen amenazantes, sino agotadas y derrotadas, aun asi se empeñan en estorbarnos. Pero nuestra decision es firme y la vista del horizonte, tanto tiempo cubierta, no hace mas que reforzar nuestra determinacion. No vacilaremos, mostraremos la misma piedad que el destino mostro con nosotros en nuetra condena.

La victoria parece segura. Sin embargo, no llegamos hasta aqui asumiendo siempre lo mejor. Estas bestias son engañosas, aun puede haber una ultima trampa esperando nuestro incauto paso. No lo permitiremos, remataremos hasta la ultima de esas criaturas y trataremos de borrar su imagen de la faz de la historia.

En nuestras caras hay cansancio pero tambien optimismo. Lanzo un grito de guerra que mis tropas secundan de inmediato. Apunto hacia las ultimas criaturas que le quedan al enemigo. Todos corremos hacia ellas, ansiosos, casi desquiciados. No podemos esperar para acabar con ellas, para destrozarlas y asi al fin ganar nuestra Redencion.

Sabemos que, aunque salgamos victoriosos, la pelea sera mas dura a partir de entonces. Habremos ganado una batalla pero la guerra, la verdadera lucha contra el Destino empezara ahi.

Aun asi la promesa de nuestra Libertad y Perdon es demasiado embriagante como para dar espacio a la duda. Lucharemos con renovado fervor y fiereza, cualquiera que se oponga en el camino no sera mas que una mancha mas en nuestras armas. Hemos sufrido demasiado como para ser derrotados. No caeremos.

Lo digo como una promesa no solo hacia mis soldados, sino a mi mismo.

No caeremos...

No caeremos...

...

No hay comentarios:

Publicar un comentario